
Gracias,
por estos días,
por las risas, y también por las lágrimas,
por los paseos en bicicleta,
por las conversaciones
y los silencios;
por hacerme sentir músico de nuevo,
por hacerme sentir artista,
con vuestra música
y la mía.
Por aprender de vosotros,
de lo bueno, de lo malo,
de vuestra forma de ser,
cada una
única
y por tanto,
especial.
Gracias, de nuevo,
Por estos días en Holanda,
otro país, otro planeta,
y, sobre todo,
otra comida.
Por ser tal y como sois,
por inspirarme siendo,
simplemente,
así.
Algo digno de recordar,
algo bueno,
eso ha sido, sin duda,
el encuentro en la tierra
de las flores,
las bicis y canales,
las avispas,
y las sonrisas.
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