¡Lo cojo, lo cojo! ¡Venga chica
que llegas! Y sí, tengo asiento. Vale, no estoy nervioso. He estudiado, si me
pongo a pensarlo seguro que lo tengo… el andaluz, seseo, yeísmo, frontera este
oeste… ¿qué era lo otro? ¡No puede ser! A ver, sí, Vallecas ya… pues la que
dice las paradas es yeísta… ¡Concéntrate! Buf, es imposible con este chico al
lado, ¿no se ha enterado de que hay móviles con cascos? ¡Una señora mayor!
Total, por dos paradas… De nada. Esas gracias… ¡ya lo tengo, apertura vocálica!
¡Gracias a usted señora!
(Dedicado a los futuros filólogos, y a la peculiar manera con la que empiezan, o mejor dicho, empezamos, a percibir las realidades que nos rodean; las cuales, paulatinamente, sin prisa pero sin pausa, están dejando de ser insulsas).
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