sábado, 4 de enero de 2014

¿Por qué escribir?

La necesidad de escribir es el colofón de un proceso que empezó hace mucho tiempo, en mi infancia. El primer recuerdo que conservo con un libro en las manos es incluso de antes de saber leer, ya que me pasaba horas enteras hablando con esos dibujos e imaginando historias con ellos. Cuando por fin aprendí, devoraba sin ningún tipo de filtro todo lo que caía en mis manos, incluso enciclopedias y libros de filosofía. Me gustaba leer en voz alta y hacer voces. A veces escribía, pero no era una prioridad. Lo que provocó que mi relación con la palabra escrita cambiara a la de creadora fue la soledad, que en mis momentos más bajos sentía como una presencia que iba haciendo de mí un ser cada vez más pequeño, aislado y desgarrado. Poco a poco, las lágrimas se fueron convirtiendo en palabras, en historias en las podía caminar sin el vacío opresor que dominaba mi existencia. Llegó un momento en el que dejé de tenerle miedo a la soledad. Acompañada de palabras, las caras ya no eran inhóspitas, sino historias por contar, y el viento ya no me despeinaba, sino que hablaba. Así que, en definitiva, escribir es mi bastón, mi remedio y mi enfermedad, mi locura y mi cordura, a veces la razón de mi existir, y siempre mi vida.

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